
«La orientación del III Congreso de la IC choca con una fuerte resistencia en el Partido Comunista Italiano que, por lo específico de su fundación, se situaba en el ala izquierda de la Comintern. En su primer Comité Central estaban representadas tres corrientes: los abstencionistas, los antiguos maximalistas (los que en Livorno se pronunciaron por la aceptación incondicional de las 21 condiciones) y el antiguo grupo «Ordine Nuovo». Los antiguos maximalistas formaba el ala derecha del partido; en el Comité Central estaban representados por Tasca, Graziadei y Bombacci. Los ordinvistas estaban representados por Gramsci y Terracini; la mayoría del Comité Central, al igual que la de todo el Partido, la formaban los abstencionistas; su líder, Bordiga, llegó a ser el dirigente número uno del Partido. Las diferencias entre la plataforma de los abstencionistas y la de los ordinovistas pasan, en la primera etapa de existencia del PCd’I, a segundo término (…). Bordiga rechazaba la política del Frente Único y Gramsci y sus compañeros de Turín se solidarizaron con él. Y así ocurrió que, en enero de 1922, el consejo nacional del PSI se pronunció por una acción unitaria de todas las fuerzas proletarias contra la violencia burguesa, mientras los comunistas, por aquel entonces, rechazaban la unidad de acción.
Igualmente, en los partidos comunistas de Francia, Polonia y otros, la línea del III Congreso tropezaba con la no aceptación.»
— Milos Hájek, «Historia de la Tercera Internacional», Ed. Crítica, pp. 43-44
FOTO: Delegados del Partido Comunista Italiano al IV Congreso de la Internacional Comunista que tuvo lugar en Moscú, entre el 30 de noviembre y el 5 de diciembre de 1922.
